La Parca me engulló el 1ro de febrero del 2018

Sin síntoma ni previo aviso, La Parca me engulló el 1o de febrero del 2018. Hasta Caronte resultó sorprendido, pues, se encontró con un pasajero que ni monedas tenía para pagar el viaje al más allá

Ya estando ahí en su balsa, sin conocer a mis compañeros, empecé a hacerle preguntas a Caronte, que no me contestaba ni una; y yo le hacía otra, y otra, y otra pregunta, hasta que por aburrido yo creo, dio vuelta a su barca y me aventó a la orilla, siguiendo su camino con el resto de los pasajeros.

Esto fue según recuerdo el 8 de febrero del 2018.

Reconociendo haber regresado en tornos y ambientes conocidos, encontré lo mismo que había abandonado pocos días antes: mucha alharaca y poco sentido, ruido de todos colores, comunicados que no comunicaban, spots que cumplían su finalidad de gastar un presupuesto (nuestro dinero); mítines vacuos, oradores que no tenían la menor idea de quién era su audiencia. No lograban conectar con ella pero no por ello se desapegaban a sus discursos y estribillos cansones.

Empecé a encontrar un patrón en todos ellos. No recuerdo cuál me dio la pista, pero una vez que la identifiqué voltee la cara al otro, a la otra y al otro y se repetía este patrón; todos tenían algo en común que saltaba a la vista. Ninguno ilustraba evidencia alguna de querer ganar su elección y alcanzar su supuesta meta.

Se me hizo raro… algún error había yo cometido. Releí, rebusqué: “entusiasmo”, “desiderata para el país”, historial que diera pistas de que tenían experiencia amplia y que por puesto previo que hubiesen pasado, sin piedad hubieran perseguido rapacerías de las que seguramente recaían en su responsabilidad enterarse de ellas, cesando fulminantemente a los responsables y en su caso acusarlos con todo el sustento de lo hecho.

Lo busque en uno, lo busque en otra y en ninguno lo encontré

Después de mi corta travesía con mis silenciosos compañeros y el tormentoso Caronte que nunca logré sacarle respuesta alguna ni pista alguna de lo que encontraría cuando me botaron de la barca, hoy 18 de febrero con tristeza me vuelve a engullir por completo la terrible Parca. Cosa rara… Me dice Caronte con señas que me va a llevar al final, pero que me va a regresar en 10 días. No entendía si lo decía como tormento hacia mí o como si fuera una manda pesada que tuviera que cumplir Caronte para ser atormentado con mis preguntas. Diez días son muchos. Espero que la playa en que me boten me permita encontrar un ambiente radicalmente diferente. Que se pueda distinguir quién de los jugadores se le ve el entusiasmo, dinamismo, conexión y denuncia de tropelías conocidas con el ánimo de evidenciarle al electorado que quiere ganar.

Espero no verlo en uno, espero verlo en varios, con la misma calidad de evidencia. Pero esa es esperanza, expectativa, me temo que los pecados de omisión ya conocidos seguirán subyacentes en todos y cada uno de ellos.

Dicho de otro modo: quieren perder, no quieren ganar

¡Claro! La culpa es compartida. Las redes que tejieron en sus trayectorias públicas los compromisos, los favores, los amiguismos, el voltear la cara cuando era adecuado volver hacia otro lado, así les aconsejaban. “De alguna manera ganarás. Pero de lo otro, ¡cállate!”

Dicen que los debates van a sacar trapitos al sol y que ahí se prestará para con índice flamante acusador, decir lo que nunca se atrevieron a conversar por parte de otros de los contrincantes y decirle: “a ver… que contestas a eso?”. Ojalá suceda. Nos daría señas de un cambio a un Estado mejor, a un México con esperanzas.

Hoy 18 de febrero, sin chistar, me subo a la barca y atosigaré de preguntas a Caronte a ver si en esta ocasión, a los diez días de retorno, si retorno, encuentro ese México querido, amado, rico en toda la extensión de la palabra por sus recursos, sus mujeres, sus hombres, su juventud, sus niños, y todo lo bello que tiene en abundancia sigan siendo víctimas del despojo o para que pongan un “hasta aquí” y empecemos un nuevo camino.

EPILOGO

Candidatos, por si aún no se dan cuenta: no tienen estrategas. Quizá en su nómina sí, pero definitivamente en su ejercer NO. Tomen medidas pertinentes. ¡Aún hay tiempo!

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